Por mucho que se quiera no es posible desligarse del pasado por partes. El pasado es un gran paquete, y aunque aparezca por partes ante la conciencia, es todo una sola y la misma cosa. La única vía que tiene este pasado para tener continuidad en el presente y proyectarse hacia el futuro es el pensamiento del hombre. Por lo tanto el pensamiento humano es el nexo, existente en el presente, entre el pasado y el futuro.

Así mismo es el pensamiento, resultante de la memoria, el que mantiene con vida las lecciones de la experiencia; y quizás sea por nuestra terrible falta de memoria que todo siempre resulta escrito para que a nadie se le olvide, ya que hoy en día la transmisión oral no es una costumbre muy usada, no me atrevo a decir que la razón de esto sea que hoy en día todos sabemos leer y escribir, sino que posiblemente porque se ha perdido en grado sumo la comunicación entre las personas.

Quizás las abuelas no tienen ya el espacio interior que hace falta para sentarse tranquilamente a conversar con los nietos, contarles las historias, los cuentos y todas esas lindas cosas como pasaba antes, porque la escasez con la que tienen que vivir ahora las tiene demasiado preocupadas; ni hablar de las madres y los padres, ¿como van a ponerse a conversar con los chicos si solo hay tiempo, y ni este alcanza, para trabajar y asegurar el pan de cada día.

Esto si no tenemos en cuenta que los chicos mismos que deberían ser los destinatarios de aleccionadoras historias contadas por los seres queridos a quienes más se respeta y admira están demasiado ocupados mirando la tele o jugando con la computadora.

Existe en el pensamiento y las doctrinas de origen oriental el concepto del karma, que en palabras sencillas significa la acumulación del pasado como agente condicionante del presente. Etimológicamente el término karma deriva de la palabra sánscrita "KRI" que significa "ACCIÓN"; y ¿quién no sabe que lo que cuenta en la vida es la acción? Se pueden tener mil intenciones, pero la acción es la que vale; un pensamiento sólo puede servir como germen para una acción, pero si esta no se concreta, entonces solo ha habido una intención, y muy bien expresa el conocido dicho popular la siguiente gran verdad: que "el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones".